viernes, 4 de septiembre de 2015

EL SENTIDO DE LA PAREJA : DISFRUTANDO EL SEXO OPUESTO




Muchas veces nos encontramos en una relación que nos parece maravillosa y  nos llena la vida de sentido.

Sin embargo de pronto nos encontramos arrastrados a vivir conflictos gatillados por pequeñas cosas de la vida cotidiana.

Ante nosotros se abren las puertas del inframundo y estas crisis nos llevan a revivir nuestros miedos, dudas e inseguridades más profundos. El mundo como lo conocemos cambia y de un colorido paraíso nos encontramos en la desolación de las semi-sombras.

Es en este inframundo donde comienzan a emerger grandes preguntas:
¿Se ha acabado el amor? ¿Estuvimos alguna vez realmente enamorados? ¿Tiene sentido estar en pareja? ¿Por qué cambió tanto?
Por qué se aísla y se aleja de mi?¿Ya no me ama? ¿Dejé de gustarle?  ¿Vale la pena seguir invirtiendo en la relación? ¿Vale la pena esperar?



La luz que nos guía hacia la salida se encuentra en nuestro interior.


Para descubrirla, es importante que nos responsabilicemos de nuestro cuerpo, de nuestro lenguaje, de cómo percibimos y cómo nos comunicamos.


Si logramos encender esta luz en nosotros, seremos capaces de encender la misma llama en el otro, para sincrónica y mágicamente salir de este enfrentamiento continuo e  inconsciente de polaridades sin sentido, la cual se transformará en la danza de dos corazones unidos por la misma melodía.



 Lo primero que debemos comprender para llevar a cabo esta  tarea es que hombres y mujeres somos esencial y radicalmente diferentes. 




Eso significa que nuestras diferencias van mucho mas allá del cliché sociocultural, sino que radica en que percibimos la realidad en forma diferente.


Por ejemplo, la base neurológica evolutiva de nuestra especie ha diseñado estos modos distintos pero complementarios de la percepción de la realidad.


La forma en que hombres y mujeres respondemos ante situaciones de estrés es totalmente diferente , ya que el significado de lo que sentimos “peligroso” varía para cada sexo. Esto ha generado una diferencia orgánica inclusive en las hormonas, neurotransmisores, vías neurológicas, atención y conducta.


Nos hemos especializado, pero hemos perdido la consciencia de esta especialización.

Esto se traduce en la actualidad en que el hombre tiene una necesidad de competencia, status, jerarquía y lograr el establecimiento de su propio imperio.


Entonces, el temor primordial del hombre es el fracaso y la falta de recursos para conseguir estos objetivos.

Mientras que la mujer, tiene la necesidad de sentirse segura, amada, vista y reconocida y tener la posibilidad de expresar sus emociones libremente y en forma segura. 



Por eso el mayor temor femenino es el perder su identidad en la relación  y la separación de sus seres queridos.


continuará....